El cantante y actor mexicano Carlos Rivera apuesta por una música con mensaje, pero siempre positiva y alegre, para dar un aliento de «esperanza, libertad y alegría» a los latinos que viven una complicada situación en Estados Unidos.

En entrevista con Efe hoy, en el que se conmemora el Día de la Independencia en EE.UU., el músico asegura que el 4 de Julio se trata de una jornada de «orgullo» para los hispanos y también de «recordatorio de que vale la pena luchar» y «defender quiénes somos».

Los inmigrantes «aportan» a los países a los que llegan y los cambian con sus «ideas, pensamientos y trabajo», lo que contribuye a que se logre un progreso, una evolución y se «vaya a mejor».

Su última canción «Lo digo», que compuso junto con el músico peruano Gian Marco y que forma parte del disco «Yo Creo, Deluxe Edition», que salió el pasado 16 de mayo, sigue esa línea de dar esperanza a los que están cerca de perderla.

«A la gente le ha empezado a dar miedo soñar», considera Rivera ante el tenebroso panorama que se vive a nivel mundial y con noticias en los medios que «son terribles».

Por eso, apostó por un tema de espíritu positivo, que anima a «salir adelante», que transmita la idea de que una actitud de «ilusión y alegría dará paso a tiempos de alegría y todo lo vivido habrá valido la pena».

Y para ese objetivo, apunta, nada mejor que el dúo cubano Gente de Zona, que triunfan gracias a ese espíritu positivo que le dan siempre a sus temas.

Junto a la música, la letra de la canción puede servir además para dar «más fuerza a enfrentar la vida», explica el cantante, que estará en la gala de los Premios Juventud, que se entregan este jueves en Miami y que próximamente anunciará una gira por mas de 15 ciudades de Estados Unidos.

«Yo les digo que los sueños se cumplen, que no importa de dónde vengas o tan abajo te toque empezar», dice este artista que nació en Tlaxcala, el estado más pequeño de México, donde no había hasta ahora un referente en el mundo de la música.

Pero eso no le restó un ápice, ni el hecho de salir de una familia sencilla, las ganas de intentarlo y de conseguirlo, hasta tener la opción de actuar en lugares tan importantes para la música latinoamericana como el Auditorio Nacional de México, el Luna Park de Buenos Aires o el Palacio de los Deportes de Madrid.

Con ello, logró superar sus sueños, que se «han quedado cortos», con una música atemporal, universal y «sencilla, pero con una carga emotiva grande».