El reservorio se encuentra a 15 km de profundidad bajo el Volcán Uturuncu en Bolivia.
Un gigantesco lago fue descubierto en Bolivia, aunque no es posible acceder a este masivo reservorio de agua.

Y es que se encuentra a 15km de profundidad bajo el volcán Uturuncu en Los Andes.

El agua del lago, que está mezclada con magma, podría no solamente ayudar a comprender por qué y cómo se producen las erupciones volcánicas.

También podría ser una evidencia de que el agua en la Tierra no provino de cometas o asteroides, sino que ya estaba presente es su interior cuando se formó el planeta.

«Volumen extraordinario»
El hallazgo fue realizado por Jon Blundy, de la Universidad de Bristol, en Inglaterra, y colegas de Francia, Alemania y Canadá, cuando estudiaban una extraña anomalía bajo el Uturuncu.

Este volcán semidormido, que presenta fumarolas activas, tiene más de 6.000 metros de altura y se encuentra en el departamento de Potosí, en el sur de Bolivia.

La anomalía era un cuerpo de magma que, a diferencia del magma hallado comúnmente bajo los volcanes, conducía electricidad.

El Uturuncu es un volcán semidormido que presenta fumarolas activas y tiene más de 6.000 metros de altura.
 Estudiando en mayor profundidad esa conductividad, los científicos constataron un gran reservorio de 1,5 millones de kilómetros cúbicos, comparable al volumen del mayor lago de América del Norte, el Lago Superior.

«Se encuentra probablemente entre el Lago Superior y el Lago Hurón. Es un volumen extraordinario», dijo Blundy a la revista británica New Scientist.
1.000 grados centígrados

El equipo de Blundy examinó rocas expulsadas en una erupción del Uturuncu hace 500.000 años y las mezcló con agua antes de someterlas a condiciones similares a las presentes a 15 km de profundidad.

Estas condiciones incluyen una presión 30.000 veces mayor que la atmosférica y temperaturas superiores a los 1.500 grados centígrados.

«Reprodujimos en el laboratorio lo que sucede a grandes profundidades en la Tierra,» explicó Blundy.

Los investigadores determinaron el porcentaje de agua en el que la conductividad de la roca era la misma que en el magma bajo el Uturuncu.

«Calculamos entonces que la anomalía contiene entre un 8 y un 10% de agua».

Pero no se trata de agua que pueda extraerse.

«Está disuelta en roca parcialmente derretida a una temperatura entre 950 y 1.000 grados centígrados, así que no es accesible», señaló Blundy.