Investigadores de salud pública urgieron este martes al Gobierno de México a regular las bebidas azucaradas para evitar las más de 40 mil muertes anuales asociadas a su ingesta, aunque la industria afirma que esto es “erróneo”.

En México, considerado el mayor consumidor per cápita de refrescos, los hombres, jóvenes y habitantes del sur son los más afectados, advirtió Tonatiuh Barrientos, epidemiólogo del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

“Es muy urgente que implementemos políticas públicas que nos ayuden a disminuir el consumo de bebidas azucaradas. ¿En qué estoy pensando? Desde luego, en impuestos a las bebidas, el etiquetado, en prohibir que este tipo de productos se vendan en las escuelas, en eliminar la publicidad”, detalló.

La Alianza por la Salud Alimentaria y el Poder del Consumidor realizaron el foro “¿Veneno embotellado? Evidencia incontrovertible del impacto en salud de las bebidas azucaradas?” para refutar a la industria.

“En este Gobierno, hay que reconocerlo, el control que tenían sobre Secretaría de Salud, Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) y Secretaría de Energía desapareció, y por eso hay una batalla muy fuerte”, afirmó Alejandro Calvillo, director de la ONG, Poder del Consumidor.

Barrientos detalló que las bebidas azucaradas representan el 70 por ciento de los azúcares añadidos que consumen los mexicanos y el 10 por ciento de las calorías totales.

También precisó que 26 por ciento de las calorías que consumen los mexicanos son vacías, de las que el 40 por ciento provienen de estas bebidas.

El experto comentó que el 12 por ciento de las muertes por diabetes, hipertensión y cáncer en México están asociadas al consumo de estos productos y a la obesidad.

“Las bebidas azucaradas podrían ser la principal causa del tsunami cardio-metabólico que vivimos en México”, alertó el experto del INSP.

En tanto, Kimber Stanhope, investigadora de la Universidad de California, subrayó que en México y en Estados Unidos los azúcares añadidos representan hasta el 15 por ciento de la ingesta calórica diaria pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que sea menor al 5 por ciento.