No es nada inusual que los niños pequeños se lleven todo a la boca. Pues bien, ese es el momento en el que tenemos que poner mayor atención, porque no todo lo que chupetean les hace bien.

Uno de los «malos ejemplos» es la adelfa. Si los niños salen a pasear por el jardín, no podemos descartar que quieran probar una flor, y el problema es que hay algunas flores que son venenosas. Sería mucho mejor que uno renunciara a ciertas plantas cuando tiene niños pequeños.

Los expertos recomiendan no tener las siguientes plantas: acónitos azules o amarillos; hyoscyamus o beleños; trompetas de ángel; Laburnum anagyroides o lluvia de oro; adelfa;Colchicum autumnale y ricinos, entre otras.

Hay otras flores que, en cambio, son muy buenas porque son comestibles, como las capuchinas.

dpa