Por Gregor Tholl (dpa)

Casi ninguna década es tan legendaria como la de los felices años veinte. Los felices años veinte, o años locos, tienen un sonido mágico, especialmente en Alemania. En esa época florecieron la economía, la gastronomía, la moda, el teatro, la industria cinematográfica y la vida nocturna. Berlín, la capital alemana, parecía ser el centro del mundo. 

ARCHIVO – Moda de los años 1920 en Alemania. Foto: picture alliance / dpa

Sin embargo, la situación inicial a principios de los años 20 era todo menos halagüeña: dominaban la pobreza, la hiperinflación y la inestabilidad política. Durante años, Europa y Alemania se vieron afectadas por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe española en 1918. 

Llevaría mucho tiempo llegar a la actitud despreocupada y la prosperidad que traerían los años 1924 a 1929. ¿Pasará lo mismo ahora? ¿Será la segunda mitad de la década de 2020 tan dorada y brillante como la de principios del siglo pasado?

El psicólogo alemán Simon Hahnzog espera que el arte, la cultura y la vida social recuperen su intensidad lo antes posible, y que en los nuevos «años locos» vuelva a estallar «la alegría de vida acumulada» en la gente. 

Hahnzog anhela la llegada de ese momento y opina que lo más apasionante es la pregunta de si, además de la esperanza personal, existe un supuesto empíricamente justificable para esperar que así sea.

Hahnzog asegura que sí lo hay, principalmente debido a la característica central del hombre como ser social, como «animal político». El psicólogo explica: «Dependemos del contacto social con otras personas. En su carta fundacional, la OMS definió el concepto de salud como un estado de bienestar físico, psíquico y social». 

Además, asevera Hahnzog, existe el «efecto boomerang»: si se suprime un comportamiento, este regresa después con más fuerza, y, por lo tanto, una vez superada la pandemia, el valor y la importancia del arte, la cultura y la vida nocturna se percibirán con mayor intensidad por haber estado restringidos durante mucho tiempo. 

El experto en resiliencia también afirma: «El impulso de la gente por vivir la vida y no solo anhelar una existencia segura es un poderoso agente de cambio», y explica que, cuanto más dure la fase de prohibición, más probable es que el arte y la cultura también resurjan en la clandestinidad. 

«Por su diversidad y novedad, esto podría tener un efecto similar al de los años 20 del siglo pasado, en el sentido de que la protesta contra las sanciones no solo es destructiva, sino que siempre tiene un potencial creativo».

Según el experto, la reactivación de los teatros y clubes, por ejemplo, «intensificará la experiencia comunitaria y aumentará su valor y significado». 

Y añade: «Es probable que los grupos de personas que participan en estos eventos hayan cambiado con respecto al periodo anterior a la pandemia. Algunos descubrirán o volverán a sentir el interés y la necesidad de disfrutar estas facetas de su vida; otros, que han sido muy aficionados a las artes y la cultura, quizás pierdan ese interés». 

En cualquier caso, dice, será bueno para la diversidad y la producción creativa.

No obstante, Hahnzog subraya que no hay que olvidar que el número de trastornos y enfermedades mentales y sociales ha aumentado mucho en los últimos meses y seguirá aumentando en un futuro próximo. 

«Algunos actores y participantes habrán desaparecido de la esfera cultural. Esto supondrá una limitación, pero al mismo tiempo tendrá el potencial de crear nuevas vías o lugares vacantes en el ámbito artístico y cultural que serán ocupados por nuevos actores».

El sociólogo y médico estadounidense Nicholas Christakis, de la Universidad de Yale, también cree que después de la crisis de coronavirus habrá una «nueva edición de los años dorados», los «años locos», similar a lo que ocurrió después de la gripe española hace unos 100 años. 

«Admitámoslo: las epidemias pueden ser nuevas para nosotros. Para la humanidad, no lo son», señaló el científico al periódico alemán «Die Welt». 

Según el académico, las epidemias no son solamente un fenómeno biológico, sino también social. «Solo terminan cuando todo el mundo cree que realmente han terminado», explica Christakis, y añade que este ha sido el caso de todas las grandes pandemias: una vez que el virus ha sido eliminado biológicamente, comienza el trabajo de recuperación psicológica y económica.

El asesor de empresas alemán Achim Berg, de la consultora McKinsey, declaró en una reciente entrevista al semanario alemán «Der Spiegel» que, tras las restricciones durante la pandemia, habrá que ponerse al día: «Quizás una oportunidad para repetir los locos años veinte del siglo pasado en el siglo presente».

El sociólogo Christakis comparte su opinión, y aduce que tras la pandemia se producirá un repunte a medida que la gente gaste el dinero ahorrado. «Será una primavera artística, económica, tecnológica y también política». 

Por otro lado, acotó que las epidemias son también «tiempos de luto», debido a las muertes, los medios de vida destruidos y el aislamiento social. «En la adversidad, muchas personas se vuelven más religiosas. Tras la pandemia, esto se revertirá. Los pubs, los clubes nocturnos, el erotismo, la sexualidad, todo eso será muy importante». 

Según Christakis, probablemente no se alcanzará la plena normalidad hasta principios de 2024.