El texto permitía despedir por ser gay, vetar el alquiler o impedir entrar a un baño de su elección a las personas transgénero.

Un juez ha ordenado el bloqueo la ley de Misisipí (Estados Unidos) que cercenaba los derechos del colectivo LGTB al impedirles el matrimonio, la adopción, los servicios sanitarios e incluso despedirlos, no contratarlos y negarles el alquiler o la compra de una vivienda si el denunciante alega motivos religiosos. El magistrado Carlton Wayne Reeves ha emitido una orden de bloqueo por inconstitucional de esta ley hoy mismo, justo cuando estaba previsto que la ley entrase en vigor. El fallo se conoce en pleno aniversario del Orgullo Gay.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos reconoció el verano pasado el derecho al matrimonio igualitario y, desde entonces, más de un centenar de regulaciones en diferentes Estados han intentado bloquear su avance en nombre de quienes alegan que desde casar a una pareja homosexual hasta prestarles sus servicios en un banquete de boda les obliga a actuar en contra de su fe. En todos los casos las leyes han sido elaboradas invocando la protección de la libertad religiosa.

El choque entre quienes defienden los derechos del colectivo LGTB y los defensores de los derechos religiosos ha venido de la mano del avance de los derechos civiles. La igualdad de los homosexuales y transexuales representa el último episodio en la trayectoria de profundo cambio social que atraviesa Estados Unidos.

En total, 30 Estados cuentan con una legislación que permite al dueño de un hotel oponerse a dar una habitación a un transexual y da derecho al responsable de un restaurante a negar su atención a una pareja de lesbianas.

Como resultado, más de la mitad de la comunidad LGTB vive en un Estado que no prohíbe discriminar contra ellos en el lugar de trabajo, su vivienda o espacios públicos.