Los investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) que analizaron registros médicos electrónicos encontraron que hubo un aumento significativo de pacientes con tos e insuficiencia respiratoria aguda en los hospitales y clínicas de la UCLA Health a partir de fines de diciembre de 2019, lo que sugiere que el COVID-19 puede haber estado circulando en el área meses antes de que se identificaran los primeros casos oficiales en Estados Unidos.
Este aumento repentino en pacientes con estos síntomas, que continuó hasta febrero de 2020, representa un aumento inesperado del 50% en tales casos en comparación con el mismo período de tiempo en cada uno de los cinco años anteriores, según publican en la revista ‘Journal of Medical Internet Research’.
Los hallazgos, según los autores del estudio, demuestran la importancia de analizar los registros médicos electrónicos para monitorear e identificar rápidamente los cambios irregulares en las poblaciones de pacientes.
El enfoque novedoso de los investigadores, en el que se centraron no solo en los datos de hospitalización sino también en datos de entornos ambulatorios, puede ayudar a los epidemiólogos y a los sistemas de salud a detectar epidemias futuras antes.
«Para muchas enfermedades, los datos del entorno ambulatorio pueden proporcionar una alerta temprana a los departamentos de emergencia y las unidades de cuidados intensivos del hospital de lo que está por venir», explica la doctora Joann Elmore, autora principal del estudio y profesora de medicina en la división investigación en medicinainterna y servicios de salud en la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA.
«La mayoría de los estudios de COVID-19 evalúan los datos de hospitalización, pero también analizamos el entorno clínico ambulatorio más amplio, donde la mayoría de los pacientes acuden primero para recibir atención médica cuando surgen enfermedades y síntomas», añade.
A medida que los científicos y los médicos continúan aprendiendo más sobre el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, los sistemas de salud y las agencias de salud pública también intentan predecir y monitorear los casos.
El análisis de los registros electrónicos de los pacientes, dicen los investigadores, podría ayudar a las autoridades de salud a identificar y controlar de manera más efectiva brotes como la pandemia actual, que ha matado a cientos de miles en todo el mundo y ha interrumpido miles de millones de vidas.
«La pandemia realmente ha resaltado nuestra necesidad de análisis ágiles de atención médica que permitan la vigilancia de síntomas y enfermedades en tiempo real utilizando datos de registros médicos electrónicos», apunta el doctor Michael Pfeffer, coautor del estudio y director de información de UCLA Health.
«La tecnología, incluida la inteligencia artificial impulsada por el aprendizaje automático, tiene un mayor potencial para identificar y rastrear cambios irregulares en los datos de salud, incluidos excesos significativos de pacientes con presentaciones específicas de tipos de enfermedades en las semanas o meses previos a un brote», añade.
Los investigadores evaluaron más de 10 millones de registros de visitas al sistema de salud y de pacientes para instalaciones hospitalarias, del departamento de emergencias y ambulatorios de UCLA Health, comparando datos del período comprendido entre el 1 de diciembre de 2019 y el 29 de febrero de 2020, los meses anteriores al aumento de público conocimiento del COVID-19 en Estados Unidos, con datos del mismo período durante los cinco años anteriores.
Descubrieron que las visitas a la clínica ambulatoria de los pacientes de UCLA que buscaban atención para la tos aumentaron en más del 50% y excedieron el número promedio de visitas por la misma queja durante los cinco años anteriores en más de 1.000.
Del mismo modo, descubrieron un exceso significativo en el número de pacientes atendidos en los servicios de urgencias por informes de tos y de pacientes hospitalizados con insuficiencia respiratoria aguda durante este período de tiempo. Estos excesos se mantuvieron incluso después de tener en cuenta los cambios en las poblaciones de pacientes y la variación estacional.
Los investigadores señalaron que otros factores podrían ser responsables de parte de este aumento inesperado. Por ejemplo, su búsqueda de registros de visitas de pacientes ambulatorios incluyó solo la palabra «tos» como motivo de las visitas a la clínica, que puede no haber sido lo suficientemente específica, y las enfermedades respiratorias podrían deberse al vapeo, aunque el uso de cigarrillos electrónicos había ido disminuyendo desde septiembre de 2019. Además, no podían descartar que el exceso de casos se debiera a la gripe.
«Es posible que nunca sepamos realmente si este exceso de pacientes representó casos de COVID-19 tempranos y no detectados en nuestra área –reconoce Elmore–. Pero las lecciones aprendidas de esta pandemia, junto con los análisis de atención médica que permiten la vigilancia en tiempo real de la enfermedad y los síntomas, pueden ayudarnos a identificar y rastrear brotes emergentes y epidemias futuras».