«Mi único trabajo consistirá en encontrarme bien y descansado para aparecer allí y ser encantador. Y, por supuesto, dar un pequeño discurso ‘improvisado’ que habré practicado con mi terapeuta del habla para que la gente me entienda», explicó recientemente el actor en un artículo para la revista «Closer Weekly».
Y junto a él estará su gran apoyo, Anne, de 97 años, su esposa desde 1954.
«Tuve la gran suerte de encontrar a mi alma gemela hace 63 años y creo que nuestro maravilloso matrimonio y nuestras charlas de oro cada noche durante una hora me han ayudado a sobrevivir todas las cosas», indicó Douglas, quien aprovecha estas ocasiones especiales para donar millones de dólares a las instituciones que apoya a través de su fundación.
De hecho, para su 99 cumpleaños, Douglas donó el año pasado 15 millones de dólares a Harry’s Haven, un centro dedicado al tratamiento del Alzheimer ubicado a las afueras de Los Ángeles (California) y que cuida a pacientes que, en el pasado, trabajaron en la industria del cine o de la televisión.
Kirk y Anne han dejado claro en numerosas ocasiones que toda su fortuna, alrededor de 80 millones de dólares, irá a parar a organizaciones benéficas cuando fallezcan.
«Dar a los demás es un acto egoísta porque te hace sentir bien contigo mismo. Siempre me preguntan por un consejo para una vida larga y sana, pero no tengo ninguno. Creo, eso sí, que existe una razón por la que estamos aquí. Tras el accidente de helicóptero y la apoplejía que sufrí, decidí hacer más bien en el mundo antes de abandonarlo», explicó.
En 1991, dos hombres murieron y otros tres resultaron heridos, incluido Douglas, con cortes en la cabeza y fracturas en las costillas, en un choque entre un helicóptero y una avioneta sobre el aeropuerto de Santa Paula (California).
Cinco años después, el actor sufrió una apoplejía que le dejó prácticamente sin capacidad para hablar, aunque con terapia ha logrado aliviar el problema.
A comienzos de octubre, en la gala del 95 aniversario de la organización Motion Picture & Television Fund, en Woodland Hills (California), Douglas ya recibió un pequeño homenaje por parte de compañeros de profesión como George Clooney, Hugh Jackman o Kevin Spacey.
«Mi padre es un icono. Es una leyenda. Es una verdadera estrella de una era donde las estrellas de cine eran vistas como la versión actual de la realeza, y Kirk se ha ganado ese estatus», dijo Michael Douglas, quien recordó que su padre recibió un Óscar honorífico en 1996, además de tener tres nominaciones como actor, dos Globos de Oro y una carrera de más de 90 películas durante siete décadas.
«Y ni una sola secuela», añadió entre risas. «Nunca hubo ‘Spartacus 2’, ni ‘8 Days In May’ ni ‘Another Gunfight At The OK Corral'», continuó.
El público se puso en pie, le cantó un sonoro «Feliz cumpleaños» y Douglas se levantó para dar las gracias.
«Siempre le dije a mi hijo que fuera doctor o abogado, pero tras escucharle esta noche, creo que es un buen actor», indicó con humor.
Son momentos felices para Kirk Douglas tras haber dejado atrás tragedias como la muerte de su hijo Eric en 2004 por una sobredosis o como el ingreso en prisión de su nieto Cameron por posesión de heroína y venta de anfetaminas.
Cameron, libre desde agosto, celebró su salida de la cárcel mostrando recientemente unos tatuajes en el pecho tanto de su padre, Michael, como de su abuelo, que ya prepara el que será su undécimo libro.
En algunas de sus memorias publicadas en el pasado, no tuvo reparo en detallar sus escarceos amorosos con celebridades como Rita Hayworth, Joan Crawford o Marlene Dietrich, e incluso rememoraba cómo le confesaba a su terapeuta cierto temor a sufrir de impotencia tras acostarse 29 noches seguidas con otras tantas mujeres.
La respuesta de su cuidador le dejó tranquilo: «Incluso Dios se tomó un descanso al séptimo día».