«Por cierto, hemos perdido». Así Fred Berger, uno de los productores de La La Land, cerró su discurso de agradecimiento, con el Oscar a la mejor película en la mano. Y dio comienzo al que ya el momento más ridículo y bochornoso de la historia de los premios de la Academia de Hollywood. A continuación, otro productor del filme, Jordan Horowitz, mostró un segundo sobre, que le había pasado un realizador de la gala, en el que se revelaba el nombre de la verdadera triunfadora: Moonlight, la película de Barry Jenkins. «No es una broma», repitió varias veces Horowitz, porque a todos, en el teatro Doly de Los Ángeles, y en las pantallas, les costaba creer que aquello estuviera realmente ocurriendo.
Los 89º Oscar terminaron así con el error más clamoroso. Un desconcertado Warren Beatty, encargado de entregar junto con Faye Dunaway el premio al mejor filme, abrió el sobre y no se atrevió a leer lo que ponía en el cartón: «Emma Stone. La La Land». Algo no cuadraba, porque la actriz ya había obtenido su oscar. De ahí que Beatty le pasara el cartón a Dunaway, que leyó únicamente «La La Land». Todo el equipo del musical subió al escenario para recoger el galardón. Horowitz y otro productor llegaron incluso a pronunciar su discurso sin conocer todavía el epílogo de la historia. Resultó entonces que había ganado Moonlight. Caos y surrealismo se adueñaron de la gala: Berger se acercó al micrófono ya consciente de la derrota, pero antes de hacerla pública aprovechó para soltar sus agradecimientos.
A las 9.18 (hora española), la empresa auditora PwC, encargada de custodiar los sobres y de que todo el proceso de entrega de los premios transcurra con normalidad, publicó un tuit en el que pedía disculpas por el error a «La La Land, Moonlight, Warren Beatty y Faye Dunaway», el dúo de estrellas que entregó el último premio de la gala.
PwC ha culpado de la confusión a los dos empleados encargados de entregar en el escenario los sobres a quienes segundos después anuncian los ganadores. Brian Cullinan y Martha L. Ruiz son las dos únicas personas que conocen los nombres de todos los triunfadores. «Estamos investigando cómo ha podido ocurrir esto, y lo lamentamos profundamente», ha señalado PwC. Los organizadores de la ceremonia de los Oscar ponen a estos dos empleados, uno a cada lado del escenario, con el sobre que contiene el nombre del ganador. La razón es que los designados para leer el cartón entran por ambas zonas del escenario.
Todo parece indicar que, por un error, uno de los dos sobres del Oscar a Emma Stone se volvió a entregar. La actriz contó en la sala de prensa, tras la gala, que llevaba consigo el sobre con su nombre que Leonardo DiCaprio le había entregado junto con el Oscar a la mejor actriz principal. El otro sobre, probablemente, se traspapeló. La Academia de Hollywood se vio obligada a rectificar en Twitter: primero anunció el triunfo de La La Land, luego borró el mensaje y finalmente celebró la victoria de Moonlight.
Tras la marcha atrás en el escenario y en directo, el presentador de la ceremonia, Jimmy Kimmel, le gritó en broma a Beatty: «¿Pero qué has hecho?». Los actores y productores de La La Land se dispusieron a abandonar el escenario, no antes de que Horowitz invitara al equipo de sus «amigos» de Moonlight a sustituirlos. Fue el epílogo más cruel para una película que celebra los sueños y las emociones intensas y que, aún así, fue la más galardonada de la noche: seis estatuillas, que durante unos segundos fueron siete.
El director de la recién galardonada, Barry Jenkins, y su equipo, subieron a continuación a recoger el premio más importante para Moonlight. Aunque, en su discurso, el cineasta no hizo ninguna referencia al error o a La La Land. «Ni en mis sueños esto puede ser cierto», afirmó. Más tarde, ya en la sala de prensa, el cineasta relató que seguía sin entender cómo había podido producirse el error. Y Mahershala Ali, ganador del Oscar al mejor actor de reparto por esta misma película, agregó: «No quería arrebatarle nada a nadie. Es difícil sentir alegría en un momento como ese».
La ceremonia acabó con todo el auditorio en pie. Las cámaras enfocaban caras entre alucinadas e incrédulas. Y el cineasta español Juanjo Giménez, derrotado con Timecode en la categoría de corto de ficción, aprovechó para tirar de humor en Twitter: «Yo me espero aquí. A ver si se han equivocado también en los cortos…».