Los equipos de rescate continúan trabajando en las instalaciones del Colegio Enrique Rébsamen de la Ciudad de México en búsqueda de sobrevivientes, al creerse que podría haber hasta cinco niños con vida entre los escombros.

Rescue workers search for children trapped inside the collapsed Enrique Rebsamen school in Mexico City, Tuesday, Sept. 19, 2017. The earthquake stunned central Mexico, killing more than 100 people as buildings collapsed in plumes of dust. (AP Photo/Carlos Cisneros)

Las tareas de rescate se extendieron a lo largo de la noche y continúan esta mañana en el Colegio Enrique Rébsamen, uno de los cerca de 40 edificios que se derrumbaron en la capital a causa del terremoto de magnitud 7.1 en la escala de Richter.

El Ejército y la Marina, que encabezan la tarea de búsqueda entre los escombros, informaron de que la mayoría de rescatados fueron llevados a un hospital civil, y otro de ellos al de la Marina.

En estos momentos solo unos cuantos rescatistas continúan trabajando al interior de la escuela, pues existe el riesgo de derrumbe y no se quiere poner en riesgo más vidas.

De acuerdo a diversos medios, al interior del edificio colapsado habría hasta cinco niños, quienes habrían encontrado refugio debajo de una resistente mesa de metal que formaba parte del departamento que habitaba la directora del plantel en una de las plantas del edificio colapsado.

Hasta el momento los rescatistas solo han tenido contacto con una menor, quien les habría informado sobre la presencia de otros niños a su lado.

En un principio se dijo que se llamaba Frida Sofía, pero esta versión ya fue desmentida.

A pesar de que las labores de rescate siguen avanzando, el tiempo se ha convertido en el principal enemigo de los rescatistas, pues el aguante del cuerpo humano en situaciones extremas es de 72 horas, según expertos.

«La norma oficial mexicana considera que, después de 72 horas, no es posible que una persona sea rescatada», expresó a Efe el doctor Manuel Bárcenas, quien se encontraba en un perímetro acordonado asistiendo a las autoridades en un rescate en la colonia Lindavista de la Ciudad de México.

Las condiciones a las que se enfrentan las personas son extremas, ya que los escombros provocan un aplastamiento de órganos, lo que puede causar que se lastimen más rápidamente, se destruyan y, finalmente, conducir a la muerte.

Además, el aire está biológicamente contaminado a causa del gas natural que tenían los vecinos conectado.

También hay alimentos en estado de putrefacción dentro de las viviendas, lo que sumado al polvo puede provocar una neumoconiosis que obstruya los pulmones.

Esta enfermedad, causada por la inhalación de partículas, fue muy común en los sobrevivientes del temblor sucedido en México en 1985, que dejó 20,000 muertos según cifras oficiales, y exige tratamiento neumológico.

Con todo, el tiempo no es estricto ni dicta necesariamente el límite de la supervivencia humana. El médico recuerda el terremoto de 1985 y advierte de que en aquel entonces fueron encontradas personas con vida después de una semana.