Se trata del Allonautilus scrobiculatus, una especie de molusco cefalópodo, especie que lleva cerca de 500 millones de años nadando en las profundidades del océano. El Allonautilus scrobiculatus se caracteriza por sus ‘costras’ y su ombligo, que ocupa el 20 por ciento del diámetro de la concha. Un accesorio distintivo de este molusco es una gruesa cubierta peluda y viscosa en su caparazón.
Los Allonautilus scrobiculatus no aguantan el calor, así que durante el día viven a grandes profundidades, donde el agua es muy fría. Para conseguir avistar estos moluscos los investigadores del equipo de Ward esperaron a que cayera la noche e instalaron cebos de pescado y pollo entre 100 y 400 metros bajo la superficie del mar. Así fue como los Allonautilus scrobiculatus aparecieron después de una ausencia de 30 años.
«Antes de esto, solo dos humanos habían visto el Allonautilus scrobiculatus. Mi colega Bruce Saunders del Bryn Mawr College y yo. Cuando lo vimos por primera vez nos quedamos pasmados», afirma Ward en su artículo publicado en ‘National Geographic‘.