HANDOUT - La colorida equinácea purpúrea combina bien con las hierbas de pluma. Foto: Ursel Borstell/BLV/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo

El cambio climático que conlleva veranos más calurosos y secos está
atrayendo plantas al jardín que tal vez antes era difícil que
crecieran o que sufrían la humedad. Entre estas se cuentan las
hierbas de pluma y especialmente la Stipa tenuissima, que se
convirtió en tendencia. 

HANDOUT – Las hierbas de pluma crecen bien en suelos arenosos y cálidos. Foto: Ursel Borstell/BLV/dpa – ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo


Esta planta que crece hasta unos 40 centímetros puede sembrarse
fácilmente. Entre los jardineros también es conocida como hierba de
pluma mexicana.

”La planta se ve bien e incluso después de la floración las flores
rubio trigo permanecen en el arriate”, destaca el jardinero Till
Hofmann y se entusiasma con cómo esta herbácea se balancea etérea con
el viento.

HANDOUT – Las hierbas de pluma crecen bien en los suelos secos y cálidos de las estepas y los jardines de rocas. Foto: Ursel Borstell/BLV/dpa – ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo


”Esta hierba, que es verde claro en primavera y principios de verano,
crece bien en suelos secos y cálidos e incluso puede ser empleada en
maceteros y balcones”, describe Hofmann sus posibilidades de uso.

Hofmann sugiere que si los penachos lucen enmarañados en el verano
después de la floración, fácilmente se los puede peinar con un
rastrillo.


”Junto con la Gaura lindheimeri, la Stipa tenuissima desarrolla un
efecto centelleante”, describe la autora Ute Bauer esta armónica
combinación. Y recomienda además situar entre estas un par de
claveles lanudos (Silene coronaria) como un punto de color fuerte.



Combinación de hierba de plumas con plantas de colores brillantes

A principios de verano, la hierba con sus finos tallos verdes va bien
con el lirio barbudo (Iris barbata). “Tengo una hierba de plumas
delante de una amapola oriental roja (Papaver orientale)”, señala
como una posible combinación de plantas la autora del libro. 


Y opina que se ve bien porque luego la hierba tapa las hojas de
amapola cuando estas mueren. “De esta manera el hueco no llama tanto
la atención”, apunta Bauer.

Hofmann recomienda para todas las hierbas de pluma un lugar seco y
cálido con un buen drenaje del agua. Entre los lugares que apunta
como óptimos están los jardines de rocas. Estas hierbas son ávidas de
luz y sobre todo en la primavera no deben estar bajo la sombra de
plantas vecinas de fuerte crecimiento.



Bella hasta después de la maduración de la semilla

Después de la maduración de la semilla se pierde la belleza, hasta
que la herbácea vuelva a a brotar al año siguiente. Bauer recomienda
por lo tanto acompañarla por ejemplo con la Perovskia abrotanoides,
que decora los parterres con sus panículas azul lavanda hasta el
otoño. 


También está camino a convertirse en tendencia la hierba de plumas
peruana (Stipa ichu). ”Es convincente, porque las barbas se quedan
pegadas a los tallos incluso en los meses de invierno”, dice Hofmann.
Así, las inflorescencias plateadas danzan entre las inflorescencias
secas de la equinácea y la agastache. 

Las hierbas de plumas son resistentes al invierno. La condición para
ello es que sean plantadas en el momento correcto. “Todas las hierbas
de pluma son sensibles a la humedad, por lo que es mejor plantarlas
en primavera”, recomienda Bauer. Las hierbas pueden crecer y
establecerse, lo que las fortalece para enfrentar el invierno.

dpa