El operador del oleoducto más grande de Estados Unidos, el cual detuvo sus operaciones debido a un ataque de ransomware sufrido el 7 de mayo, anunció el sábado que reanudó sus “operaciones normales”, distribuyendo combustible a sus mercados, entre ellos una franja importante de la costa este del país.

Colonial Pipeline, empresa con sede en Georgia, comenzó el proceso de reanudar operaciones el miércoles por la noche, cuando advirtió que podría tomar días para que la cadena de suministros volviese a la normalidad.

“Desde entonces, hemos regresado el sistema a las operaciones normales, entregando millones de galones por hora a los mercados que atendemos”, tuiteó Colonial Pipeline el sábado. Tales mercados incluyen Texas, Luisiana, Mississippi, Alabama, Tennessee, Georgia, Carolina del Norte y del Sur, Virginia, Maryland, Washington D.C., Delaware, Pensilvania y Nueva Jersey.

“Todos esos mercados están recibiendo ahora producto de nuestro oleoducto”, agregó la compañía, que apuntó que sus empleados a lo largo del oleoducto “trabajaron segura e incansablemente 24 horas al día para que nuestras líneas volviesen a funcionar”.

La escasez de gasolina, que se extendió desde el sur, prácticamente vaciando las estaciones de suministro en Washington, D.C., ha estado disminuyendo desde un pico el jueves por la noche. La secretaria de Energía de Estados UnidosJennifer Granholm, dijo el viernes pasado que el país había “pasado lo peor” en cuanto a la escasez de gasolina, una vez que cerca de 200 estaciones regresan al servicio cada hora.

“Va a seguir abriéndose paso por el sistema en los próximos días, pero deberíamos regresar a la normalidad muy pronto”, subrayó.

Diversas fuentes confirmaron que Colonial Pipeline había pagado a los delincuentes que cometieron el hackeo un rescate de 5 millones de dólares en criptomonedas por la clave de decodificación necesaria para recuperar el control de su red de computadoras del oleoducto.