Estados Unidos vive desde hace meses una fuerte crisis relacionada con la inmigración, un problema que poco a poco traspasa todos los estratos sociales, llegando a afectar al mismísimo Leo Messi. El argentino, que viajaba a finales de semana junto al resto de sus compañeros de selección a Chicago, no se moverá de Miami por una cuestión de seguridad nacional.
Tras las amenazas de varios líderes de bandas callejeras y narcotraficantes hacia los agentes de inmigración estadounidenses, Trump ha ordenado una serie de medidas de seguridad que varios de los alcaldes y gobernadores demócratas se han negado a acatar. El caso más sonado ha sido el del edil de Chicago, al que Trump ha ordenado detener ante la desobediencia mostrada a raíz del protocolo impuesto después de que un líder de los Latin Kings de la ciudad ofreciera recompensas de 10.000 dólares a todo aquel que acabase con la vida de un agente del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU).
Estos turbulentos sucesos han elevado los niveles de alerta a niveles preocupantes, hasta tal punto que, eventos multitudinarios como el amistoso que iban a disputar Argentina y Puerto Rico en el Soldier Field de Chicago se han visto obligados a cancelarse.
Argentina se queda en Miami
Lejos de dar por perdida esa segunda fecha de amistosos preparatorios al Mundial de 2026, la AFA ha estado realmente rápida y ha buscado un cambio de fecha y sede. Argentina y Puerto Rico jugarán el próximo martes en el Chase Stadium, estadio donde actúan como local Inter Miami y Messi.
Antes de dicho encuentro, la vigente campeona del mundo se enfrentará a la Selección de Venezuela. La Albiceleste también disputará el amistoso ante la Vinotinto en Miami, pero esta vez será en el Hard Rock Stadium, estadio que también será sede de la Copa del Mundo del próximo año.
