Pero investigadores han logrado convertir a ese severo enemigo en un aliado para combatir otro terrible y devastador mal: el cáncer.
Como se explica en la revista Science, científicos lograron modificar bacterias de salmonela para que, al residir dentro de un organismo, desaten reacciones de su sistema inmunológico capaces de detectar y eliminar células cancerosas. Un trabajo que, en la opinión de un investigador de la Universidad de Florida en Gainesville, experto en el campo, es “muy sólido, muy riguroso” y, por ende, esperanzador.
El citado artículo explica que una de las razones por las que el cáncer logra desarrollarse es que, al tratarse de células malignas pero del propio cuerpo, el sistema inmunológico del organismo no las detecta en su momento y por ello les deja crecer y expandirse.
Ante ello, investigadores lograron que bacterias de salmonela modificadas produjeran una proteína (denominada FlaB) que, en ratones implantados con células cancerosas humanas, logró que el organismo del animal detectara el tejido maligno y activara su sistema inmune contra él. El resultado fue la reducción del tamaño del tumor y la prevención de la expansión del cáncer en ratones expuestos a ese procedimiento.
Se trata de un campo innovador cuya promesa es el uso de bacterias genéticamente modificadas como armas para nuevas terapias contra el cáncer que prometen, en principio, ser más precisas, efectivas y menos dañinas para el paciente.
La técnica aún requiere, ciertamente, ser probada en humanos y resultar efectiva en numerosos estudios de laboratorio y clínicos, pero se trata de un ámbito nuevo y en principio esperanzador.
Una muestra de ello es, como comenta Science, que dos científicos coreanos identificaron que en ratones a los que se les inyectaron células cancerosas humanas y también la salmonela modificada, luego de 120 días los tumores fueron indetectables en 11 de 20 animales, y todos ellos se mantuvieron sanos durante el experimento.
También se observó que ratones con la salmonela modificada que fueron expuestos a la proteína FlaB presentaron una cantidad significativamente menor de tumores que los que no fueron expuestas a ella, y no sufrieron de metástasis. Los ratones no expuestos a esa proteína, en cambio, sufrieron cáncer invasivo y perecieron por ello.
¿Llegarán la salmonela y su proteína FlaB a ser opciones efectivas de tratamiento del cáncer en humanos? Aún es pronto para saberlo pero habría, a la fecha, señales sugestivas.
Otro caso de investigación sobre el uso de bacterias contra el cáncer ha sido emprendido, por ejemplo, por científicos de la Universidad de California en San Diego y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Los investigadores modificaron bacterias E. coli, otro microorganismo que produce enfermedades en humanos, y lograron que produjeran moléculas que destruyen o inducen la autodestrucción de células cancerosas y también que activaran el sistema inmune del organismo infectado para que reaccione contra el cáncer.
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